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Anita Zelaya se aferra a la fotografía de su hijo, Rafael Alberto Rolín. Tenía 22 años de edad cuando decidió dejar su hogar, en mayo de 2002. La desesperación de no contar con un trabajo, desde hacía un año, empujó su decisión.

Su testimonio engrosa a los 80 casos registrados en el Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos El Salvador (COFAMIDE), fundado en el 2006, y que trabaja en combinación con CARECEN Internacional.

«En la búsqueda de un trabajo seguro, me dijo, Mamá, ya no puedo vivir aquí, debo hacer algo para sobrevivir. Había muerto su pequeña niña, y su compañera se había ido meses antes, creyó que podría llegar por sus medios, pero no pudo», relató Zelaya.

«Mi hijo estuvo 14 días en la casa del hombre que contrataron para que los pasara, a otros 2 los deportaron, a mi hijo no. Yo todavía, el 10 de mayo (2002), le dije, hijo, me estoy dando este regalo llamándote, le dije, mejor regresáte, y me respondió, no te preocupés, todo va a salir bien mamá», recordó la mujer.

«Yo le seguí llamando después del 10 de mayo, hablé con él otras 4 ó 5 veces más, luego la mujer del hombre (el coyote), me contó que los habían tomado presos y que había costado 80 dólares sacarlo de ahí, pero yo sabía, que eso era mentira. Ahí me puse mal, a mi hijo nadie lo iba a defender; luego, me habló mi ex esposo diciendo que el coyote le había dicho que lo había mandado, pero era falso», contó.

En la búsqueda de estos desaparecidos y los que fallecen en el intento por llegar a los Estados Unidos, COFAMIDE, CARECEN Internacional y Save The Children, realizarán la «Caminata: La Esperanza de un Encuentro», la semana próxima, entre el 1 al 5 de diciembre 2008.

El objetivo de las organizaciones sociales es sensibilizar a las autoridades de El Salvador, Guatemala y México, para que erradiquen métodos de violencia contra los migrantes, brindándoles la protección y el respeto a sus derechos humanos.

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