Nuestro Escudo Nacional
El Escudo Nacional, que nos identifica actualmente, fue creado por el calígrafo salvadoreño Rafael Barraza Rodríguez, quien triunfó sobre treinta competidores en un concurso promovido por el entonces Ministerio de Guerra y Marina.
El actual escudo de El Salvador ha sido motivo de inspiración para muchos escritores y poetas, que han dado en el correr de los años distintas interpretaciones de su simbología.
El triángulo equilátero representa el símbolo del viejo lema trinitario de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.
Los dos mares abiertos, el espíritu de un pueblo en constante y solidaria comunión con las demás naciones libres.
Los cinco colosos volcanes, surgidos en una fragosa entraña, significan la bravura de la raza; las disgregadas parcelas de la patria grande y el principio de nuestra nacionalidad, enfatizando en la leyenda que circunda el dibujo.
El cielo lleno de luminosa transparencia , representa la gloria , el heroismo y el sacrificio por la libertad.
El gorro frígido coronado por la leyenda que consagró nuestra soberanía nacional, el símbolo de la liberación del yugo extranjero.
El iris de paz, el sendero por el cual debe marchar Centro América hacia la consecución de su elevado destino.
Las cinco banderas en las que se conservan los colores de la enseña federal, la herencia de nuestros próceres y el sueño de Morazán.
Los catorce gajos de los ramos de laurel representan a los 14 departamentos de la República y son una exaltación de la gloria que aspiran por el camino de paz, trabajo y progreso.
Sobre la base que une los ramos, aparece la leyenda: DIOS UNON LIBERTAD, que concentra nuestra creencia en un poder superior que todo lo gobierna, la unidad y armonía que exige la marcha de la familia salvadoreña hacia un destino mejor y el indomable espíritu del pueblo.