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Domingo Antonio de Lara y Aguilar

Fue don Domingo Antonio de Lara, uno de los patriotas que juntamente con Arce, Rodríguez y Castillo, se enfrentó con valor a la guardia española. Nació el 30 de agosto de 1783, en San Salvador.

Comenzó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Guatemala, mostrando siempre mucho entusiasmo para todos los estudios que comprendieran psicología humana.

Poco tiempo después se trasladó a San Salvador, donde necesitaban su ayuda para el sostenimiento de la familia, y así fue como trocó su vida de estudiante en una vida de campo, en los obrajes del añil, no descuidando por esto el cultivo de la inteligencia.

En 1811 se casó con doña Manuel Antonia de Arce, hermana del ilustre Manuel José Arce.

Para el movimiento de 1811, fue puesto en prisión juntamente con otros patriotas, continuando al salir de la cárcel la propagación de las ideas de libertad.

Así fue como en 1814, en el nuevo intento de emancipación, cayó herido en una carga de los realistas españoles.

Fue puesto preso mientras se curaba de sus heridas, en su hacienda, habiendo durado cinco años en la cárcel, pero al salir de ella, nuevamente emprendió los trabajos revolucionarios, encontrándose entre los que, el 15 de septiembre de 1821, trabajaron por la Independencia.

Después de encabezar la lucha contra el imperialismo mexicano, y no habiendo querido aceptar la candidatura para Jefe de Estado, se retiró apaciblemente a su hacienda, para pasar sus últimos días en la tranquilidad.

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Los hermanos Aguilar y Bustamante

Don Manuel de Aguilar, fue el padre de los hermanos Nicolás, Vicente y Manuel Aguilar, Próceres de la Independencia.

Nació don Nicolás en Tonacatepeque, el 16 de diciembre de 1742; don Vicente, en San Salvador el 5 de abril de 1746 y don Manuel en esta misma ciudad el 26 de junio de 1750.

Los tres hermanos se sintieron atraídos por la carrera eclesiástica y así fue como pronto fueron coronados sus estudios, que hicieron brillantemente, mereciendo siempre los elogios de sus profesores.

Don Nicolás obtuvo el curato de San Salvador, puesto que logró por concurso; su hermano Manuel le ayudó en el desempeño de su misión como coadjutor.

Don Manuel estuvo también de cura en Zacatecoluca.

Durante muchos años don Vicente administró los curatos de Cojutepeque, Zacatecoluca, Perulapán y otros, sabiéndose captar siempre el cariño de los feligreses, a quienes protegía en sus necesidades.

En el movimiento de 1811, se encontraron los hermanos Aguilar, trabajando en el mismo empeño y patriotismo que siempre les había distinguido y para 1814, se encontraban don Manuel, encarcelado, don Vicente reconcentrado en Guatemala y don Nicolás, si bien libre por consideración de sus años, muy vigilado, pues aunque viejo y decrépito, era un formidable enemigo, siempre dispuesto a defender las ideas de libertad.

La Independencia debe mucho a estos tres adalides que, unidos por el estrecho vínculo de la sangre, lo estuvieron también por sus ideas de engrandecimiento de la Patria.

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